miércoles, 23 de octubre de 2013

Capítulo 46

1º de Julio
11:59. Estoy en mis 200%... me siento fenomenal. Aunque algo triste. Jeremy no me ha llamado. Físicamente soy un roble de nuevo. Al parecer el descanso me ha hecho muy bien.
Puede que el no haberme tomado mis vacaciones por segundo año consecutivo me haya pasado la cuenta. Tenía las defensas bajas y todo eso.
Arturo Mollins llegó muy tarde anoche. Me fue a ver a la pieza y me preguntó cómo me había sentido. Le dije que muchísimo mejor, me respondió que se notaba en mi cara. Intenté armarme de valor para preguntarle algo de la oficina, pero no supe cómo abordar el tema de la Cote. Cuando finalmente logré armar una frase que permitiera introducirse en el asunto, él se encerró en su pieza y no volvió a salir.
¡Ops!... timbre… ¿quién podrá ser?, ¿algún vecino pidiendo azúcar?
12.19. Mm… era una especie de cartero. Vino a dejar un paquete para el señor Arturo Mollins San Blas. Recibí el paquete en su nombre. Estaba muy bien envuelto, con papel que no se transparentaba, pero en la bolsa salía el logotipo de una librería. De esas grandes.
Libros. Nadie me engaña. Tienen la forma, el peso y el olor a libros. Los dejaré encima de la mesa del living…
13:02. Ok… si fuera ropa, algo de computación, zapatos, una herramienta de jardín o cualquier otra cosa no me importaría tanto, sin embargo, son libros. Me intriga horriblemente…
¿Libros de qué serán?... de negocios de seguro…
13:12. No… no son de negocios. He intentado verlos a contra luz y lo único que he identificado fue un logotipo. Uno de los libros está empastado. Se nota en la tapa extremadamente dura. 
13:23. Me muero de la curiosidad. No son de negocios. El logotipo no lo logro asociar a ninguna Editorial en específico ¿en qué portal los habrá comprado?
13:38. Lo compró en una librería on-line… me metí al portal, pero no saqué mucho. Es una librería con cientos de miles de títulos.
Tendré que revisar con más calma a contra luz…
14:18. Mitología. Soy una súper investigadora. Me llegó a doler el cuello tratando de ver lo que decía. Solo identifiqué la palabra “Mito…” el resto de la palabra la puse yo.
Así que a Arturo Mollins le gusta la Mitología… ¿Cuál le llamará la atención?
Recuerdo que de niña papá me contaba todas las historias de la Mitología Greco Romana. Cuando aprendí a leer me sentaba totalmente fascinada a examinarlas. Mm… no sé por qué no seguí leyéndolas.  Bueno, evolucioné. Continué leyendo otro tipo de cosas.
mm... teléfono… mm… es papá…
14:48. Me llamó para preguntarme por mi salud y si podría asistir hoy al lanzamiento de un libro de poemas “La revolución de las letras”… o algo así. Le he dicho que sí, que estoy mucho mejor, pero que no podré quedarme hasta muy tarde. Me ha dicho que no hay problema. Que ese es el dilema de envejecer, los fríos nos pueden matar… jajaja… nos encontraremos a las 18:30 en la estación Salvador.
15:17. Veamos… ¿qué me pondré esta noche? A estos eventos siempre me ha gustado ir con falda larga. Le da un toque bohemio a la situación.
15:18. Pensar que hace una semana, estaba preparando mi noche de sexo brutal con Jeremy… mm… ¿Por qué no me habrá llamado en estos días?
15:20. ¿Y si lo llamo yo?... mm… pondré a Roxette y buscaré inspiración…
15:21. No, mejor que no lo llame yo, se creerá el centro de mi vida. Lo es, pero no es bueno que confirme esa información ¿verdad?
15:23. Iré con la falda larga negra, botas largas, me pondré un chaleco de cuello alto burdeos y el abrigo negro. Mm… si… se verá bien ¿aros? Si lógico, tengo unos largos muy lindos.
15:25. Aún estoy pensando en llamar a Jeremy. Solo quiero escucharle la voz, contarle cuánto lo he extrañado… mm… pero ahora que lo pienso él me podría haber llamado también, si es que estaba interesado en saber por mi vida…
15:48. Lo llamé a su anexo y no contesta nadie. Debe estar en reunión.
Voy a encender la tele un rato. Me aburrió Roxette.
16:01. Nadie contesta en su anexo… mm… me parece que tendré que arreglarme para ir a encontrarme con papá. No quiero andar corriendo después.
16:38. ¡Uuuu!... estaba buscando la toalla para meterme a la ducha y en la tele escuché el nombre de Arturo Mollins. Tenía puesto un canal que estaba pasando farándula. Salió un breve reportaje haciendo referencia a la fiesta de cumpleaños del hombre. La conductora contaba que estaban todos esperando la invitación que envía la familia del susodicho. Decía que era una fiesta que la mamá daba en su honor desde que había cumplido los 40, con el principal objetivo de que su hijo encontrara novia.
Encontrar novia… y bueno ¿qué no anda con la estirada de la abogada? esta gente de la tele nunca se pone de acuerdo.
Mostraban imágenes de cumpleaños anteriores y salían todos vestidos de gala. Los hombres con smoking y las mujeres con trajes largos, como si de Hollywood se tratara. Mujeres con joyas brillantes, vestidos con lentejuelas, de diseñadores renombrados, etc. etc. mm… pura gente linda… mm… o “linda”…
Esta debe ser la fiesta a la cual Carla quería que nos invitaran… jajaja… si claro… 
Es tiempo de ir a arreglarme para ir al evento…
17:58. Me acordé de los libros de Arturo Mollins. Se los he dejado encima del mueble cocina con una nota que dice que he salido. Pensé en contarle sobre el evento, pero qué le va a importar… ¡¡me voooooyyyyyyyy!!....
21:28. ¡LLEGUÉ! Estuvo entretenida la cosa. El libro no me llamó mucho la atención, pero resultó ser que la Editora era una antigua compañera de Universidad. Increíble. Claudia D’amico… ¡Uf! Estaba cambiadísima. Cuando estudiábamos era un palo. Alta y delgadísima. Echó cuerpo, ahora es toda una madre de familia, aunque separada hace tres años. Me gustó mucho verla. Hemos quedado comprometidas para una reunión a solas en el futuro para conversar de otras cosas. Me ha contado que Alfonso Molina, otro compañero de Universidad, ha sido casi el único que ha podido trabajar en lo estudiamos, es jefe de carrera en una universidad privada y estaba próximo a lanzar un libro con su editorial. Le dije que me mantuviera al tanto, sería interesante que nos pudiésemos reunir un día.
Me dio un poco de vergüenza eso sí. Ella ha llegado bastante alto e incluso Alfonso ya está próximo a editar su propio libro. Claudia me preguntó en qué estaba… mm… qué le decía ¿veo un sitio web ocho horas al día?... le dije que estaba haciéndome cargo de la librería de papá, como administradora. Ha quedado fascinada y me propuso usar nuestra librería como punto de venta. Genial…
-          Gabi… ¿aún escribes?
-          Mm… escribir… mm… cómo escritora, no.
-          ¿Y eso por qué? – dijo sorprendida.
-          No sé… me dediqué a “ganar plata”…
-          Que raro. Nosotros jurábamos que al terminar la Universidad te irías por el lado literario y te convertirías en Escritora. No había trabajo escrito que no te sacaras la mejor nota del curso. Eras tan entretenida de leer. Me acuerdo esa especie de novela que una vez te dio por contar… ¿te acuerdas? ¿cómo se llamaba? – dijo chasqueando los dedos.
-          “La historia de una I derrochada” - dije sonriéndole.
-          ¡¡SI!!... era buenísima… cada vez que nos juntábamos a tomar algo nos contabas un nuevo capítulo… ¿tienes esa historia?
-          Mm… no lo creo. No guardo casi nada de mi época de estudiante.
-          Pucha… que pena. Mira, en esas horas muertas en la librería, si te dan ganas de escribir algo, hazlo. Cuando tengas un producto terminado mándamelo a mi correo. Feliz te lo leo… y vemos qué se podría hacer ¿Qué dices?
-          Mm… Claudia, no sé. No tengo nada… hace mucho que no escribo…
-          No, si lo sé. Pero si alguna vez te da por crear algo, ya sabes que cuentas conmigo. Oye… y no te pierdas demasiado, para que vayas al lanzamiento del libro de Alfonso.
-          Claro… andaré más por estos círculos a partir de hoy…
Si… “La historia de una I derrochada”… jajaja… me acuerdo que los chicos siempre me pedían una continuación. Nunca creí que les interesara, siempre pensé que lo hacían para no dejarme marginada nada más.
Cuando llegué al departamento, Arturo Mollins ya había llegado. Salió de su habitación y me preguntó cómo me había ido. Le conté que me había encontrado con una ex compañera de la universidad y que me había traído recuerdos muy lindos y agradables.
 Luego cada uno partió a su habitación a descansar, mientras yo pensaba en mi futuro y qué haría con él...
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 Siguiente entrega:  JUEVES.
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