martes, 10 de diciembre de 2013

Capítulo 72 (TERCERA PARTE)

CONTINUACIÓN...
Arturo se veía horrendamente maravilloso, enfundado en un smoking. Elegante, aún más distinguido que con su típico traje de oficina. Me miraba boquiabierto. O así me lo pareció. Ya que he dicho que cuando me mira así, me asusta. Al igual que yo, él también tenía una copa de champaña en su mano. Marcela se acercaba a gran velocidad, hasta donde se encontraba de pie. El muchacho que me había llevado hasta ahí estaba parado, a su lado izquierdo, con una sonrisa medio boba. En realidad, quería saber por qué me miraban tan estúpidamente. Necesitaba un espejo urgente para saber que tenía pegado en el rostro. Ya era una situación de vida o vergüenza eterna. Más vergüenza que decirle a Arturo, medio afiebrada, “Estúpido y sensual Mollins”… oh… me acuerdo y dan ganas de hacer un hoyo y morir enterrada en él…
Al lado derecho de Arturo, estaba su hermana. Me pareció que le decía algo al oído. Ella se lo quedó mirando con asombro y luego le sonrió. Arturo se dirigió al muchacho y este casi corrió hasta donde yo estaba, de pie, pensando lo peor de mi misma. Cuando llegó a mi lado, me susurró al oído que lo acompañara. Diablos… de seguro que me llevaba al baño, pensé. Marcela había tomado del brazo a Arturo y mucha gente se los había quedado mirando ¿Estarían discutiendo a causa de mi presencia en la fiesta?
El muchacho, mi esclavo, me llevó a una pequeña salita donde había una mesa, dos sitiales, y  un arreglo floral de hermosos colores violeta. Me quedé esperando, hasta que apareció Arturo. Con ganas de morderme las uñas, aunque fuera la de los pies. El nerviosismo me estaba matando.
De pronto, se abrió la puerta y Arturo ingresó. ¡Oh! Demonios… ¡se veían tan lindo! Me quedó mirando fijamente. Me miró de arriba abajo. En serio que me sentí mal. Aunque creo tenía la sonrisa más enorme que le había visto desde que nos conocemos.
-           Hola – dije para romper el hielo – llegué.
-           Así veo… y lo han visto muchos más.
-           Si… ee… ¿por qué todo mundo me mira como si estuviera sin ropa?
-           Porque… pues porque te ves realmente... – no encontraba la siguiente palabra. Eso no era bueno.
-           ¿Horrible? ¿gorda?... ¡Uy! Les dije que este vestido era muy malo para mí. Sabía que se me saldría el rollito. Yo sabía que no me vendría, este no es mi estilo…. Además, el maquillaje, fue demasiado exagerado… ¿Parezco puerta verdad? Dilo… Arturo, no me mientas ¿parezco puerta?
-           No, no, no… - dijo riéndose Arturo y luego acercándose donde yo estaba rabiando -, cálmate. Te ves realmente hermosa, Gabriela. Por eso te miran. Adentro todos se comenzaron a preguntar quién eras. No me extrañaría que los periodistas de afuera ya no sepan que una desconocida de largo y sedoso cabello azabache, ha llegado vestida con un atuendo color plata y que ha sembrado muchas dudas…  Por eso he pedido que te trajeran aquí. Me pediste que no te presentara a nadie…
-           Lo sé… y está perfecto ¿Me puedo quedar acá?
-           ¿Acá? Aquí guardamos los abrigos – dijo divertido –. Además, no me parece justo que te escondas viéndote tan bella como hoy estás…
-           Me conformo con sembrar la incógnita…
-           Estás segura entonces… - dijo acercándose. Otra vez ese brillo en sus ojos…
-           Segurísima…
-           Te ves más alta… - dijo ladeando la cabeza y mirándome de arriba abajo.
-           ¡Oh! Si… esas mentiras de la belleza llamadas tacos. Tengo diez centímetros extras…
-           Estupendo… has quedado más cerca, para besarte… - yo me reí y bajé la cabeza. En eso entrelazó sus dedos con los míos, como si fuéramos unos grandes y apasionados novios oficiales -. Te tengo un par de sorpresas… - me dijo, y entonces lo recordé.
-           ¡Oh! ¡Dios Mío! ¡Arturo! Mamá tiene razón… soy una mula estúpida… siempre olvido todo… Arturo me olvidé por completo que hoy es tu cumpleaños. Perdóname, no te compré nada… - dije muy angustiada.
-           No te preocupes… tranquila, cálmate…. Esta fiesta es por eso. A parte de otras finalidades, propias de mi madre. Además – dijo levantando una ceja -, me parece que es bastante obvio a quién quería de regalo de cumpleaños. Y lo que deseo de ella… ¿o no?
Arturo tenía un don especial para hacerme nublar el juicio y sumar risas estúpidas a las ocasiones, donde debería comportarme como toda una mujer madura y decidida. Ese minuto fue uno de esos momentos donde sentí que enrojecía hasta convertirme en una berenjena. Solo atiné a reír y a enterrar mi cabeza en su pecho.  
-           Oye… yo te tengo un par sorpresas… ¿quieres ver la primera que te tengo preparada? – moví la cabeza afirmativamente aún avergonzada por entender claramente que yo era su regalo de cumpleaños. Me pregunto dónde se habrá imaginado que me podría la cinta… mm… sacaré esa imagen de mi cabeza. Arturo, me tomó de una mano y me dijo que lo acompañara.
Cuando salimos del guardarropa, miró hacia todos lados y me dijo que lo siguiera. Me sentía como una espía. Subimos unas escaleras, hasta llegar al segundo piso. Allí nos paramos frente a una enorme y gruesa puerta y me dijo que cerrara los ojos. Le obedecí. Me tomó por los hombros y me hizo caminar. Una vez dentro de la habitación, mucho más cálida y con un rico olor a madera como el que tenía la librería de papá, cerró la puerta y me dijo que ya podía mirar.
Al abrirlos… Dios santo… creí que estaba en el cielo. Arturo me había llevado a una biblioteca que estaba completamente forrada de libros. Tenía dos pisos, y todo estaba cubierto de lo que creo eran cientos de millones de ejemplares. Algunos empastados otros no. No podía respirar, no sabía si reír o llorar. Era una emoción indescriptible, una emoción que solo otro librero podría sentir.
-           Esta era la biblioteca personal de mi padre. Cuando aceptaste mi invitación, pedí que la abrieran nuevamente y que la arreglaran.
-           Arturo… esto es… - dije casi llorando – lo más maravilloso que he visto en toda mi vida ¿los puedo…?
-           ¿Tocar? Por supuesto… también los puedes leer… sabía que te gustaría.
Me acerqué hasta uno de los muebles y comencé a acariciar sus lomos. Los podía oler. Olían a madera. A viejo. A sabiduría. A aventura. A libertad… Estaba la colección completa de los libros de Agatha Christie, en inglés y español. Tenía libros en todos los idiomas que uno se podría imaginar… atlas, ficción, de historia, de todo… Proust, Tolstoi, Foucault, Shakespeare, Capote, Poe, Stevenson, miles… miles…
-           Arturo… - dije
-           Dime…
-           Es posible que me quede a vivir en tu casa, por los próximos 40 o 50 años… gratis eso sí, ya que soy una mujer pobre. Me conformo con que no me falte el agua… - Arturo se reía a carcajadas.
Estiré los brazos para que mis manos alcanzaran los tomos que estaban en la parte más alta de la biblioteca. Estaba empeñada en ello, cuando de pronto sentí chocar suavemente la respiración de Arturo en mi espalda. Se acercó lo suficiente y deslizó mi cabello hacía un lado, hasta que el hombro que tenía al descubierto quedó a su entera disposición. Demonios… Arturo rosaba sus labios en mi piel y yo me estaba comenzando a trastornar. Temí perder el juicio. Arturo no me estaba tocando, no tenía una sola mano puesta sobre mí y yo me sentía ferozmente excitada. Tanto así que bajé los brazos y me sujeté mis manos a la madera de la biblioteca. Tragué saliva. Contuve mis instintos, pero juro que lo único que deseaba era que Arturo se decidiera a besarme de una vez por todas y que me hiciera el amor… allí mismo. No me importaban las formalidades, no me importaba pasar por una mujer fácil… Tener a ese hombre rosando sus labios contra mi piel y que un beso se le hubiese escapado a la altura de mí cuello, me estaba matando de deseo…
-           Tengo que bajar… y no quiero hacerlo – dijo en un susurro.
-           Yo… yo… tampoco quiero que lo hagas… - dije tratando de disimular lo que estaba sintiendo. Él había puesto sus manos junto a las mías y me sentía formidablemente atrapada. El chico soso y poco imaginativo que pensé en algún momento que él era, se estaba dejando ver como un macho que sabía perfectamente cómo hacer explotar una mujer, sin poner una sola mano sobre ella.
-           Puedes quedarte aquí por esta noche. Vendré en un rato más y te traeré algo de comer…
-           ¿Es necesario que te vayas? – dije suplicante.
-           Es mi cumpleaños… - dijo besándome detrás de la oreja.
-           Pero yo soy tu regalo. Y los regalos se disfrutan – ¡oh!, demonios, eso se me había salido. Arturo se había reído. Enterrando su nariz en mi cabellera, podía sentir su respiración sobre mi piel de gallina. Yo había cerrado los ojos y apretado los labios, para no hablar más tonteras de las cuales, luego me arrepentiría.
-           ¿Quién dijo que no pretendo disfrutar a mi lindo regalito? – replicó besándome en el hombro.
-           ¿Tu padre se molestará, si me como un par de tomos…? –  aún seguía aferrada a la biblioteca y las manos de Arturo habían tomado las mías. De verdad no se deseaba marchar… y de verdad que yo tampoco quería que se fuera de mi lado.
-           Creo que estaría encantado de tenerte como su invitada. Mi Padre te amaría tanto como yo lo hago. No me cabe duda. Ahora… me voy… y no te comas nada, solo léelos… - antes de marcharse acarició mis brazos y me dio un beso en el cuello que me dejó más idiotizada que antes.
Cuando se fue, me volteé contra la madera de la biblioteca y me puse a pensar que Polín, Marlon y Esteban se estarían agarrando de las mechas, ya que todo lo que trabajaron en la tarde para hacerme lucir hermosa se estaba desperdiciando en esa habitación… Ahora… podrían sentirse orgullosos, Arturo había sacado parte de su hombría y me había vuelto loca en solo un par de minutos. Dios santo… Arturo debe ser muy bueno en la cama.
Quiero sexo… pero quiero sexo con ese hombre, que antes de salir me miró con un brillo maravilloso en sus ojos y me hizo cruzarme de piernas… Dios… ahora no me sacaré esa imagen de mi mente… durante medio minuto estuve al borde de un orgasmo, sin que ese hombre divino osara tocarme un solo cabello… aún sentía el calor de los labios de Arturo sobre mi piel… me acuerdo y me da escalofríos… me acuerdo y me da risa… me acuerdo y… lo adoro… lo adoro, lo adoro y lo adoro…
*******************************
 Siguiente entrega: MIÉRCOLES.
No olvides unirte a nuestra página en Facebook. Con solo dar "Clic" en el botón "Me gusta" podrás ser parte de ella y compartir con muchas lectoras más de "La peor de todas" 
https://www.facebook.com/Yiyilapeor

9 comentarios:

  1. Vaya que capitulo tan intenso, como siempre mil gracias por regalarnos tu trabajo que cada día me atrapa mas con Yiyi y con Arturo.
    Y aunque luego te pidamos mas capítulos es por esta historia que has creado y el desarrollo de los personajes que realmente es excelente y nos hace pedir mas y mas :D
    Gracias a esperar el MIÉRCOLES :D

    ResponderEliminar
  2. Dios que dulce agonía, como me gustaría poder seguir leyendo y leyendo :'(. Pero bueno a esperar con ansias mañana :-)
    <3<3<3

    ResponderEliminar
  3. Que espectacular cap. De lo más hot..

    ResponderEliminar
  4. Nooooooooooooooooo, si que eres cruel, como osas dejarnos así, por mi seguiria leyend por toda la eternida y por favor cuando la va a besar, por lo menos, y deberas que quedar enceradas sin que nadie la veo lo bella ques epuso para su AM

    ResponderEliminar
  5. pleaseeeeee noooo por queeee tan cortooooooo jajaja espero con ansias que llegue manana besitosss guapaa

    ResponderEliminar
  6. wow al fin te estas poniendo las pilas yiyi!! esto se esta poniendo bueno!

    ResponderEliminar
  7. jajajajajjajaa...no paro de reirme por dios !!
    La pobre Yiyi estaba al borde de un orgasmo !!!
    ARTURO MOLLINS HAS ALGO !!!
    Espero que ninguna arpia le arruine la fiesta ;)

    ResponderEliminar
  8. Hay dios mio ,me tiene este ARTURO MILLINS de los nervios ,y usted tambien ya que esta alargando tanto la historia que ta estoy sin uñas ,estoy pensando en pedir unas prestadas jajajajaj

    ResponderEliminar
  9. OH MY GOOD.....
    Debo inclinarme ante la diosa .....
    Que cap mas exitante de partida AM es todo un macho alfa lo quiero para miiiiiiii oh ese sera mi regalo de navidad jajajjajajajaj
    Te felicito Mercedes te PASASTE. ......

    ResponderEliminar