lunes, 18 de noviembre de 2013

Capítulo 60

27 de Julio

10:03. Jejeje… no sé si me habrá resultado lo que intenté ayer para frenar el ascenso de doña trepadora siliconada, pero de una cosa estoy segura: la cara de Arturo Mollins no se me olvidará por un buen tiempo.
Después que le di en nombre de Jocelyn, para que asumiera el cargo de jefa de ventas, bajó su mano y me quedó observando. Al parecer el análisis seguía adelante. Me pone nerviosa cuando me mira así. Me hace pensar que tengo un enorme moco pegado en algún lado de mi cara.
Yo sé que él pensó que nombraría a cualquiera de las chicas con las cuales me junto en la oficina, por la amistad que tengo con ellas. Y sí, estuve a punto de decir el nombre de Cristina. Pero entiendo la mente trabajólica de los hombres. Una mujer avalaría por alguna de sus amigas. Un hombre, por quién lo excita o en su defecto por quién produce.
Si me mostraba muy emocional, la Cote agarraría el puesto. Era mejor estar por sobre la media. Así que he tratado de mover las piezas de tal forma que todo salga a mi favor.
Quizás hablar con él no fue una gran idea… mm… pero él negoció conmigo una carta muy atractiva. Ahora… si yo la estoy jugando mejor que él… que pena… que pena… jejeje…
Después que le di el nombre. Bajó la mirada al suelo y se puso a pensar. Luego me dijo.
-          No esperaba esa respuesta…
-          Lo sé. Me dijiste que quién yo nombrara tendría el 90% de posibilidades de ocupar el puesto que yo eligiera ¿sigue esa propuesta en pie?
-          Claro…
-          Ok… analízalo entonces. Si te decides por ella, hazle la misma propuesta que me hiciste a mí - tomé mi mochila y me fui a mi pieza, dejándolo solo y muy pensativo. Se veía tan atractivo cuando estaba en proceso de análisis. Tanto que lo habría besado en el cuello de haber estado juntos como pareja. En el cuello y quizás habría seguido por más… mm… ya he dicho que mirar a Arturo Mollins me hace mal ¿verdad?

12:57. La mañana ha sido larga y Daniela me ha pedido que la ayude a revisar las nuevas aplicaciones que don Pelmazo le ha dispuesto. Es su primera revisión formal y sola. Así que la he ido guiando en los procesos.
No sé porque la sigo ayudando, si fue bastante víbora conmigo mientras estuve enferma…
¡Ops!... correo…

13:04. Es de Isabel de Witt para todas las unidades. Nos ha avisado que a partir de esta semana se comenzaran a celebrar los cumpleaños del mes. ¡Buf! Qué horror.
Cuatro personas cumplieron años este mes, el día viernes se hará la celebración. Para ello hay que pagar una cuota. Con lo que se reúna se comprarán regalos a los festejados. Es solo un presente. La empresa se pondrá con el dinero de la convivencia.
Mm… estoy viendo reacciones. La gente de computación jamás se ha caracterizado por ser muy dicharacheros para estas cosas. Las evitan como un vampiro la luz. Veo ceños fruncidos, jetas estiradas y caras de “que lata”…
Mm… a mí tampoco me gustan estas celebraciones. Mucha gente, mucho jolgorio, mucha alegría… Niet… no se me viene bien todo eso…
¡Ops! Correo…

13:08. Era de Carla. Nos pregunta, a todas las chicas del clan, si acaso creemos que asistirá Don Jefe supremo a la celebración de los cumpleaños.
Berenice dice que quizás si, que lo vio preparando una performance en un caño… jajaja… que loca…
Cristina y Carla, han enviado varios hurras y celebraciones por este hecho…
¡Ops! Correo…

13:15. Era de Benjamín. Me pregunta de qué me río con tanto ánimo. Le he dicho que las chicas me mandaron un correo divertido. Me respondió que se lo envíe, que está aburrido, terminó todo lo que tenía pendiente de trabajo y no encuentra qué hacer. Le he dicho que es un correo para mujeres solamente… que lo sentía mucho…
¡Ops!... correo…

13:18. Jajaja… Cristina dice que ella se ofrece como caño humano si el jefe supremo lo baila…
jajaja… Berenice dice que ella prefiere el Titanic…
Olguita ha enviado un e-mail que dice que la cortemos con los correos, que tiene hambre y que nos veamos en el comedor. Tiene razón, me suenan las tripas del hambre…

16:48. La hora de colación estuvo muy entretenida. Carla contó que había ido al salón de Marlon y Esteban, y se había encontrado con Polín. Las chicas me preguntaron que por qué no les había contado nunca que mi hermano era homosexual ¿Por qué les tendría que contar de la intimidad de mi hermano menor?
-          No sé, muchachas… a mis padres nos les importa, a mi hermano mayor tampoco, a mi menos… ¿por qué tendría que andar divulgando ese tema como algo extraño o salido de otro planeta?
-          Es que igual… - dijo Cristina – para mi sería algo raro que uno de mis hijos le gustaran los hombres.
-          A mi me da lo mismo… - dije – por lo demás mi hermano dice que es Bisexual…
-          No te creí jamás tan abierta de mente – replicó Berenice, torciendo la boca.
-          ¿Y es verdad que el salón al que fue Carla son de una pareja de homosexuales? – preguntó Olguita.
-          Si - respondí –. Mi hermano es socio. Los dueños se llaman Marlon y Esteban.
-          Adoran a la Yiyi – dijo Carla –. Me decían que les molestaba que no se cuidara más, que no se produjera, que no se arreglara. Dicen que se podría sacar mucho partido pero que es muy dejada… le conté que nosotras pensábamos lo mismo.
-          Es cierto Yiyi… - acotó Berenice – podrías soltarte el pelo, ponerte unos pantalones más ajustados y no esa camiseta dos tallas más grandes. Matarías… podrías comprarte lentes de contacto y maquillarte un poco más…
-          ¿Y para qué? – pregunté, sin encontrarle nada de interesante a lo que me proponían.
-          Bueno, para empezar, para sentirte mejor contigo misma – replicó Berenice.
-          ¡Pero si yo me siento bien conmigo misma!
En ese momento pasó Jeremy. Se encaminó hasta la máquina de bebidas. Las chicas se quedaron mirándolo y yo comencé a sacar unas migas de pan que tenía encima del pantalón. Berenice, lo miraba con ojos de furia.
Cuando sacó la bebida se dirigió a nosotros y dijo “Buen provecho”, sonrió y se fue.
-          Bastardo hijo de puta – dijo Berenice.
-          Es pesado el tonto ese… - señaló Cristina – cuando le mandamos correos siempre responde mal. Se demora cualquier cantidad y termina derivando el cacho.
-          Yo no sé Yiyi, si me disculpas, no sé qué le encontraste la otra vez. Si es tan re feo – me dijo Carla.
-          Ayer… - dijo Olguita – fue a conversar con la Cote, vieron que la invitó a su matrimonio, y le contó de la casa que pretendía comprar. Parece que es una mansión. Si no me equivoco en lo que les alcancé a escuchar, es una casa de más de siete mil UF.
-          ¡Más de siete mil UF! – chillaron las chicas.
-          Es que es ese hombre está enfermo… - replicó Cristina.
-          Es tan levantado de raja el pobre desgraciado. El infeliz no ha tenido plata en su vida, y ahora, Dios lo ha premiado con la oportunidad de buen cargo. No lo sabe aprovechar bien… – dijo con rabia Berenice.
-          Quizás eso es para él aprovechar bien las oportunidades – dije.
-          Pero igual… yo creo que el cargo no da para algo semejante… - sentenció Cristina.
La hora se nos acabó y cada una tuvo que volver a su trabajo.
Yo volví con un sabor amargo en la boca. Jeremy está teniendo todo lo que yo alguna vez he deseado para mí. Me daba envidia que alguien como él tuviera la suerte que, siento, no se merece. Un excelente puesto laboral, un buen sueldo, un gran cargo, una mujer que lo ama, la posibilidad de formar una familia… la bendita fortuna de ser feliz…
La vida era un poco injusta… o bien… él realmente se ha ganado todo lo que tiene.

¿Tan mala he sido yo en mi vida, entonces?
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Siguiente entrega: MARTES.

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