Capítulo 58

Lunes 25 de Julio

10:34. ¡Hay! ¡Dios!… Ver a Jeremy me ha hecho pésimo.

En la mañana cuando llegué, vi que había mucha gente alrededor de su puesto de trabajo. Entonces lo recordé. Con lo del look, la librería, la tertulia, el negocio de las camisetas, la fiesta de Arturo Mollins y las conversaciones con el propio Arturo, había olvidado por completo que hoy aparecía mi verdugo.

Cuando iba pasando, me quedó mirando. Fue horrible. Fue como una daga directo a mi corazón. Me quedé parada un par de segundos, quería salir corriendo. Quería huir de toda esa humillación. Justo cuando estaba dando un paso hacia atrás, escuché una voz que me decía casi en un susurro “No le dé en el gusto de verla destruida, Señorita Gabriela. Demuéstrele la grandiosa mujer, que yo sé que es”, era Arturo Mollins que pasaba junto a mí. Iba de camino a saludar a Jeremy. Arturo se volteó y me sonrió. Algo dentro de mí me llenó de confianza. No sé qué fue, solo me apresuré y seguí sus pasos.

Me acerqué a Jeremy y lo miré directo a los ojos. Se comenzó a poner rojo como un tomate. Imaginé que quizás pensó que le haría una dramática escena de celos de amante despechada. En cambio le dije “Señor Vega, lo felicito. Me he enterado de su reciente matrimonio ¡Felicidades!” le sonreí, le di un abrazo y me corrí hacia un lado. Luego Arturo hizo lo propio, se puso tras de mí y me tocó en el hombro con suavidad.

Me sentí llena de valor. Aunque cuando llegué a mi escritorio pareció que se me venía el mundo abajo.

Escuchaba a lo lejos, risas y conversaciones muy animadas. Todo comenzó a dar vueltas alrededor de mí. Sentía que me ahogaba. Preferí salir de enfrente de la pantalla un rato. Fui a prepararme un café. En la cocina estaba la Cote hablando con su amiga japonesa. Joselyn esperaba su turno de agua caliente para un té de hierbas.

-          … El matrimonio por la iglesia fue realmente hermoso – decía la Cote – Paulina se veía preciosa, divina.  

-          ¡Ah! verdad que te invitó…

-          Obvio… a mí, a todas jefaturas y gerencias. A mi nivel pues linda… lógico.

-          Oye, cuéntame, cómo te ha ido con eso…

-          Genial. Estamos viendo el tema con Arturo…

-          Que bueno, o sea que antes de fines de mes estaríamos listas con ese asunto…

-          Por supuesto.

-          Negociaron el sueldo y todo.

-          Lógico. No me acepto por menos de uno y medio.

-          Ya, sígueme contando de la fiesta del matrimonio de Jeremy…

-          ¡Ah! si… estuvo espectacular. La Pauli, la esposa de Jeremy, se veía hermosísima, el vestido creo que costó más de un millón de pesos. Y la fiesta, decían que había costado entre doce y quince millones.

-          ¿Cuántos invitados eran?

-          500 o 600 parece. Pero era todo digno de un Gerente, pues galla. Después en vez de bailar el vals de los novios, pusieron un tema musical de no sé qué grupo. Resultó que era el tema que ellos habían elegido como pareja, y que les recordaba su historia de amor.

-          Qué romántico… la señora de Jeremy ¿qué hace?

-          ¡Ah! no lo sé… Al parecer es Ingeniera igual que él. Tiene un diplomado no sé de dónde.

-          ¿Oye y Arturo Mollins no fue?

-          No, no apareció. Se había excusado un par de días antes de no asistir, porque tenía problemas con su agenda. Recuerda que está viendo lo de su fiesta de cumpleaños y todo eso.

-          Uy, si, verdad - le dijo la japonesa casi al oído –. Y te has conseguido alguna entrada para la fiesta.

-          ¡Shit! – la hizo callar Cote -, en eso estoy. La secretaria quedó de meterme en la lista. Pero ahí veremos.

Cuando se retiraron las dos estupidinas, quedamos Jocelyn y yo solas en la cocina. Nos saludamos de beso en la mejilla y yo le dije.

-          No te preocupes por lo que ha dicho la Cote.

-          ¿Sobre qué?

-          La Cote es zorra vieja. No te hagas la tonta, tú entendiste tan bien como yo, que ella quiso decir que le ofrecerán una jefatura.

-          Si, lo he escuchado… - dijo echándole agua caliente a su jarro.

-          Si… típico de esta tontina. Hecha a correr rumores. Y muchos se los creen. Has tu trabajo bien nada más y verás que el jefe supremo te valorará. Esa cabeza hueca no tiene por dónde aspirar a algo más…

-          ¿Tú crees? Es súper movida.

-          Es metiche y mentirosa nada más. Hazme caso… dedícate a trabajar y demostrar lo que vales con números. Eso te llevará lejos ¿cómo te fue con la capacitación?

-          Estupendo. Cristina es muy amable, me ha enseñado absolutamente todo. Lo que no sé, se lo preguntó a ella. Tiene una disposición espectacular…

-          Genial…

-          Yo no creo que la inviten a la fiesta de cumpleaños de Arturo – me dijo en tono muy bajo.

-          No, invitarla no lo creo… pero sí que se puede meter en el listado.

-          No – dijo moviendo la cabeza muy convencida -, imposible. Esa lista la envía la mamá de Arturo. No es llegar y meterse. Marcela, la abogada de Inmobiliarias San Blas, fue invitada personalmente por la mamá de él. Y dice que sin entrada, nadie ingresa. El listado se maneja bajo siete llaves. Encargan a una empresa de correos privado que entreguen en mano, todas y cada una de las invitaciones. Las que no llegan a destino, las devuelven. La única forma de entrar por otra vía es que Magdalena o Arturo inviten personalmente a alguien, pero en todos estos años jamás ha asistido nadie de las oficinas. Nunca.  

-          ¡Ah! o sea… que a esta bicha no la pescarían ni en bajada… - dije.

-          Jajaja… algo así… - respondió riéndose.

-          A ninguno en todo caso…

-          Si… en todo caso…

-          No te preocupes por lo que dijo. La Cote no llegará a ningún puesto de importancia…

Nos despedimos, con una gran sonrisa y yo volví a mi escritorio. El cahuín y la conversación con Jocelyn me habían animado un poco.

15:23. Le he estado dando vueltas a lo de matrimonio de Jeremy, lo que contó la siliconada de la Cote.

Me pregunto de dónde habrá sacado tanto dinero Jeremy.

En vez del vals de los novios bailaron un tema que les recordaba su historia de amor. Maldito hijo de puta. Y cuando le pedí que dedicara un tema, me trató de pendeja, el muy desgraciado. En vez de decirme que el tema se lo dedicaría a su esposa, porque a ella sí que la amaba, me trató de pendeja. El muy hipócrita elige un idiota tema igual.

Se casa por la iglesia el muy cínico, como todo un hombre dedicado, religioso y conservador. No lo puedo creer.

Arturo Mollins dice que todos recibimos lo que nos merecemos. Este malnacido merece que no se le parará el pene nunca más en su vida… me gustaría ver cómo se las arreglaría, por ser un caliente de mierda… mm… con la rabia que tengo, yo misma le amputaría su porquería. De un solo machetazo se lo rebanaría y le vaciaría un kilo de sal. Luego echaría su cosilla a una licuadora y se lo daría a beber, mientras le encajo un cigarro encendido en su feo y marrano culo…

Sí, estoy enojada… sí, me siento furiosa… ¡¿Y qué?! ¡¿Eh?!

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Siguiente entrega: JUEVES.

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Aprovecho de dar los agradecimientos a Jelly B S Reynoso por otorgar a "Yiyi, la peor de todas" un reconocimiento por su participación en "LOKOTECA BLOG'S AWARDS". 
No gané en ninguna de las categorías, pero igual se aprecia la experiencia. 
Gracias a todas las que votaron :-)