miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 30

02 de Junio
11:07. La verdad es que esta semana ha estado muy floja. Hemos tenido poco movimiento. La gente de ventas tuvo un buen cierre, con la Cote como líder absoluta. Se potencia para ganarse nuevamente el bono trimestral por ventas concretadas y paquetes vendidos. Aunque la señora Joselyn demostró justo lo que yo dije. No llevaba aún una semana cuando llegó con un nuevo cliente. Esta semana trajo otro. Me parece que la Cote va a tener que andarse con mucho cuidado, porque si no le van a aguar la fiesta.
Don Pelmazo adora a la niña nueva, la hermana de la Cote, y que trabaja conmigo. Danielita, para arriba; Danielita, para abajo. Cristina me contó que había escuchado que le decía a la Jefa de Servicio al Cliente que estaba encantado con la “Danielita”. Que era muy inteligente, vivaracha y que él le auguraba un “gran futuro en su departamento”. Me dijo que justo en ese minuto apareció la Cote moviendo su inflado trasero y les dijo que ese talento era de familia. Cuando don Pelmazo dejó de babear y se fue, la jefa de Cristina y la Cote se pusieron a conversar en tono muy bajo. La primera le preguntó que cómo iban las cosas con el “guapetón del Jefe”…
-Pues… ¿cómo crees? – respondió la Cote con una risa de insuficiencia.
-Bien yo creo…
-Por supuesto… linda, “ese huevito quiere sal” hace mucho rato… lo tengo aquí… - dijo aludiendo a que lo tiene comiendo de su mano.
-¿Y cuándo cae?
-Poco… le falta poco… no me preocupa, es hombre Marianela. Y con éstas pechugas los dejo a todos locos… mira, calculo dos semanas y me como a ese huevito…
Mmm… ésa es la Cote… por eso al detesto tanto. Es una mujer calculadora y una trepadora de primera. Aunque muy en mi fuero interno, en parte igual la tiendo a admirar… ella reconoce el punto débil de los hombres y usa todas sus herramientas físicas para sacar el máximo provecho…yo  no podría aunque tuviera todas esas cualidades físicas de mi parte. Me daría una enorme vergüenza. Lo cual yo sé que es muy tonto… por eso estoy enterrada donde estoy… en una pega mediocre, con un trabajo mediocre… mm… por que soy mediocre…
Mmm… teléfono… ¿A. Mollins?... ¿qué querrá?
12:21. Arturo Mollins me ha pedido que vaya a su oficina. Me dolió la guata… ¿me irán de despedir?
16:38. La buena noticia es que sigo con trabajo. La mala, es que conocí a la abogada con la cual anda Arturo Mollins. Una pedante de mierda insoportable.
Resulta que después que me llamó, bloqueé la pantalla de mi monitor y me dispuse a salir. En el camino me crucé con don Pelmazo y este me dijo:
-      ¿Sacando la vuelta de nuevo, Gómez?”
-      No, - respondí - el Señor Mollins me ha llamado a su oficina.
-      Si, Seguro. Devuélvete a tu asiento Gómez y déjate de andar pelando con esas amiguitas tuyas… ya… vamos, vamos… date la vuelta.
-      No, pero oiga don Víctor si es en serio. Si no me cree llame al señor Mollins y pregúntele.
El viejo igual se puso medio nervioso, al ver que yo lo emplazaba a llamar al jefe supremo. Me dejó ir, pero yo vi que el rostro se le contraía como si se hubiese comido un limón agrio.
Cuando llegué a la oficina (la cual no conocía), Arturo Mollins estaba sentado en su silla, tras un enorme escritorio. Se puso de pie y se acercó adonde estaban sentadas Isabel de Witt y una mujer muy estirada, con una melena larga y unos ojazos celestes que me hicieron odiarla y envidiarla.
-¿Ella es? – preguntó la mujer desconocida.
-Si - respondió Arturo Mollins a la vez que tomaba asiento junto a la mujer –… Gabriela te presentó a Marcela Aldunate. Ella es abogada en jefe de la Inmobiliaria San Blas y ya conoces a Isabel. Por favor toma asiento.
Era raro estar en esa oficina. No me la había imaginado así. A parte del enorme escritorio que estaba al final de la sala, cerca de un gran ventanal había un simulado living. Con los sillones de cuero negro que mi padre tanto me aconsejaba comprar.
-Bueno – prosiguió Arturo Mollins -, como habíamos conversado antes Gabriela, Isabel está al tanto de nuestro problema con lo del departamento y le he pedido el máximo cuidado en el asunto. Como te prometí, esto no influirá en tu trabajo. Marcela verá lo de la demanda y los pasos que debemos seguir, por ahora ella desea hacerte unas cuantas preguntas.
-Señorita Gómez – inicio la mujer levantando las cejas como si hubiese descubierto una mancha en su blusa -, me gustaría que me contara todo lo sucedido. Desde que dio con el departamento, cómo fue el asunto de la firma del contrato, el pago, etc. etc.
Fue una lata. No le había contado a nadie todo lo que había sucedido y ahora tenía tres oyentes enterándose de mi terrible desgracia. Solo Arturo Mollins parecía comprender realmente la situación, aunque intenté mirarlo lo menos posible.
Cuando finalicé, la abogada lanzo un extraño resoplido y se peinó las cejas con un horrible aire de insuficiencia y exclamó:
-Sus historias se parecen mucho… ¡Oh! Arturo, yo no me logro explicar cómo fuiste tan estúpido con el asunto… lo creo de esta señorita ¿pero de ti?... francamente no dejo de asombrarme – había sido idea mía o… me dicho “estúpida”.
-Marcela, ya te dije… el sector es muy tranquilo y céntrico. Me queda a media hora a pie a la oficina. Vi la oportunidad y la tomé…
-Pero Arturo… tu eres un gran hombre de negocios ¿Cómo pudiste caer?
-Exceso de confianza quizás. Qué más te puedo decir…
-Es comprensible en todo caso – dijo Isabel -, yo conozco ese sector y pienso que me habría pasado lo mismo.
-Pero Isabel… - replicó la abogada – todo esto es muy tonto… y fíjate que ahora, viven juntos… ¿no ves lo cómico del asunto?
-Disculpe – dije –, pero yo sigo sin verle lo cómico a esto. Aunque parezca estúpida y tonta te aseguro que lo que el señor Mollins y yo estamos pasando, no es nada cómico. Creo que tanto el otro abogado como usted, nos ven reaccionar en forma bastante tranquila a pesar de lo complejo de toda la situación, y se ríen sin existir razón. Pero no le quepa la menor duda que todo esto, para ambos, es muy estresante y desagradable.
-Hunther… me había dicho que era muy… mm… contestadora… y ahora he podido comprobarlo – respondió la mujer abriendo mucho los ojos y girándose hacia Arturo Mollins, el cual me miraba con una pequeña sonrisa y un extraño brillo en la mirada.
-Marcela – dijo finalmente Arturo Mollins -, la señorita Gabriela tiene mucha razón.  Por lo mismo quiero que te hagas cargo personalmente de este asunto. Requiero que inicies la demanda y comiences a trabajar con el abogado de la señorita Gabriela hoy mismo.  
-Está bien, Arturo. Pero la señorita está consciente de las implicancias del asunto…
-Si, si, claro. Y lo que sea, su hermano es su abogado y él se lo explicará.
-Ahora… no pueden seguir viviendo juntos, Arturo. No es correcto. La señorita ésta puede irse a un hotel. O como te dije el sábado – (aaa… tenía razón yo, tuvo un fin de semana amoroso con la estirada esta) -, te podrías quedar en mi casa por el tiempo que desees. Tengo habitaciones de sobra… no me complicaría para nada que estuvieses en mi casa como un invitado…
-Mm… Marcela, yo no me iré y la señorita tampoco lo hará. Hemos acordado que cada uno tomará sus cosas, cuando salga el fallo. Hasta ese minuto, a mi no me presenta ningún problema compartir el mismo techo. Te estoy muy agradecido por tu hospitalidad y generosidad, pero no lo necesito… en serio…  
-¿Desean algo más de mí? – pregunté interrumpiendo la patética muestra de amor que estaba presenciando.
-No, Gabriela… te agradezco el tiempo… mm… sería bueno que hablarás con tu hermano, para que estén comunicados con Marcela…
-No hay problema… hasta luego…
En menos de dos minutos, la estirada esa me dijo estúpida y tonta… a la vez que me ha ofrecido irme a un hotel y me ha llamado “ésta”… me parece que la señorita Aldunate se me ha cruzado… y en mala… 
¨¨¨¨¨¨
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Siguiente entrega: JUEVES.

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5 comentarios:

  1. viva yiyi!!! en vez de la peor es la mejor de todas!!

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  2. Ay ay.... Que buen capitulo... Y que tipa tan petulante y pesada, la odie. Creo que la cote, la abogadita esa y el jeremy, ah y don pelmazo, se pueden ir los cuatro a freír espárragos y a saludar a su santísima progenitora, los odioooooo....
    Ok, una vez sacado mi coraje, continuo, un súper capitulazo, como siempre, me hiciste reír y reír, pero principalmente suspirar, ay ese brillito del señor Arturo me hace pensar cositas futuras con la yiyi, ¿será?...
    Hasta mañana y muchas gracias Yiyi!

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  3. Uffff....esa abogaducha es de lo peor junto con la Cote y Don Pelmazo!!! pero yiyi no se deja intimidar por eso me encanta y tambien como A Mollins sonrie, que significara??
    Esperando ya que sea mañanaaaaa...
    Gracias gracias! ;)

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  4. Me encanta yiyi, muy buena tú historia la encontré ayer y aqui estoy esperando el capitulo de mañana
    ;-) gracias

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  5. Jajaja... oohhh... si supieran como me hicieron reír.
    Gracias Maylee, Kristell, Karina y angelina por sus comentarios. Alegraron mi hora de colación :-)
    Mañana nuevo capítulo, linduras... un lindo capítulo a la vista... ;-)

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