martes, 23 de julio de 2013

Capítulo 05

07 de Abril

12:00. Bueno… mi pedante jefe, me ha estado regañando a entero gusto en lo que va de esta semana. Odioso. Viejo amargado, debería atragantarse con sus galletones de avena light. Ok. Retiro lo dicho. No puedo ser cruel con ese tipo de cosas. Mm… pero es maldito y odioso.
Ha enviado un correo masivo a todos lados por un error que cometí. Pero es toda una exageración.
Resulta ser que ayer subían aplicaciones nuevas a la página de la empresa. Como los muchachos de computación, para variar un poco, se han atrasado me han hecho que revise la aplicación directamente en el Sitio y no en un servidor de prueba (este no lo pueden ver todas las personas, pero tiene bases de datos reales). Esto sucedió por que un cliente llamó para revocar el contrato, ya que le habían vendido la aplicación sin siquiera existir (tiene razón en todo caso). El punto es que yo comencé a hacer mi trabajo. Creé un producto ficticio llamado “Perico Pérez Palote” y comencé a trabajar con él, cuando di el visto bueno eliminé el dichoso “Perico Pérez Palote”. Todo iba bien hasta, que la pechugona de la Cote llegó indignada hasta el escritorio de mi jefe a decirle que uno de sus clientes estaba comprando artículos y por alguna extraña razón le apareció un “Perico Pérez Palote” en su búsqueda.
Fue entonces que mi jefe me llamó a terreno.
- ¡Gómez! – me gritó desde su escritorio.
- Dígame, Don Víctor– respondí con cara de inocente a pesar de que había escuchado toda la aireada conversación sobre, lo profesional y serio que se debía ser al momento de trabajar.
- ¿Qué significa este “Perico Pérez Palote” como producto nuevo? – me dijo en tono severo.
- Pues, estaba haciendo mi trabajo. Probé el sitio de los productos, y creé ese nuevo para confirmar que las bases de datos estuvieran grabando y eliminando en forma correcta.
- Pero como le pones “Perico Pérez Palote” a un producto, niñita.
- Fue lo único que se me ocurrió, don Víctor, además me demoré menos de 20 segundos en borrarlo. No imaginé jamás que alguien estaría husmeando en el sitio, más aún en el horario del café. – dije con el máximo de ternura que me pudo salir.
- Mira niñito – replicó en tono peyorativo la Cote poniéndose bien derecha -, yo no estaba husmeando. Ha sido uno de los mejores clientes de esta empresa el que ha elevado el reclamo por tu ocurrencia de niñito estúpido, mandándome un pantallazo con tu tontería. Este departamento siempre esta atrasado en todo, Víctor. Qué es lo que hace tu gente… si están todo el santo día pegados a las pantallas y parecen no avanzar en las cosas que los gerentes solicitan en sus proyectos… ¿Qué pasa?
- Primero que todo – respondí con la calma que me caracteriza en momentos de afrentas verbales -, no soy niñito. Te he dicho que no me faltes el respeto, por que yo a ti no te lo falto… me has escuchado decirte “¡Hey! tu, rubia falsa y siliconada”, no ¿verdad? Segundo, mi trabajo es revisar y mantener la coherencia en la página, lo que ha sucedido es lo que se denomina “Revisión cruzada”. Y tercero, quizás si no hubiesen vendido un producto que no existía solo para inflar las ventas del mes, por que te recuerdo que aún estaba en proceso de desarrollo, la gente de computación habría terminado con bastante holgura y yo habría podido revisar con calma en el server de pruebas que tenemos habilitado para evitar este tipo de descalabros. Pero… como tu departamento siempre esta forzando los cierres… ya vez lo que sucede… se deben ver las cosas sobre la marcha, cuando todos los clientes están conectados…
- Gómez… cállate y procura no volver a hacer la misma tontera. Cotecita, dile al cliente que no pasará de nuevo. Explícale que era una prueba y que  ahora esta funcionando igual que antes – interrumpió el viejo califa y zalamero de mi jefe.
- Víctor… intenta que esto no vuelva a pasar… es un cliente muy, muy bueno. Y si tu gente no toma este trabajo en serio, como yo lo hago, mejor que se vaya a trabajar a otro lado. Y tu – dijo parándose delante de mí - agradece que no fui directamente donde Rodolfo y Jaime.
Entonces me tiró los 300 cc de siliconas encima de la cara, y se fue triunfante.
Cuando llegué a mi asiento y saqué el protector de pantallas, tenía un mensaje de Benjamín, mi compañero de junto, que decía escuetamente “rubia falsa y siliconada, jeje… buena eh!”. Benjamín es el único que salva de este departamento. Es grandote,  pesa como 120 kilos y tiene una voz fina de pre púber bueno e inocente. La pechugona, cuando pasa cerca de él le dice “Benjamón”… es una bruja esa mujer.
Horas más tarde, mi jefe mandó un correo a todos advirtiendo de los peligros de las pruebas, en la página y de los cuidados que debíamos tener. Fue un correo mal redactado, aburridor y lleno de falsas disculpas, típica costumbre de viejos lisonjeros. Trataba de no decir de quién había sido el error, pero ya toda la empresa sabía que el famoso “Perico Pérez Palote” era de mi creación. Mm… mierda.

16:56. Queda poco para marcharse de este infierno. He terminado de hace todo, y ahora me dedico a escribir el resumen de este día, para llenar las horas que me quedan. Niñito. El sobrenombre de niñito me lo pusieron cuando entré a trabajar en esta empresa. Usaba el pelo muy, muy corto. A la lindura de la Cote se le ocurrió un día decirme que parecía niñito y jamás he logrado que me deje de llamar así. Ella y sus pesadas colegas. En ese tiempo, la Cote se sentaba al lado mío. Ambas pertenecíamos al departamento de Atención al Cliente. Llegamos con una diferencia de meses a la empresa. Ella es dos años mayor que yo. Resultó ser que se transformó en íntima amiga del jefe. Tan íntimo era todo que se rumoreaba que ella se había acostado con él para que hablara bien de ella con el jefe del departamento de Ventas y lograr así que la cambiaran. Lo cual obviamente logró. Por alguna extraña razón, en menos de dos meses en ese departamento, obtuvo la mejor cartera de clientes de la empresa. Cosa impensada para alguien recién llegada. Cuatro meses más tarde el Jefe de Ventas se separaba de su esposa y un mes después fue despedido por acoso sexual. Mm…. Adivinen a quién acosó… si… a la misma Rubia falsa y siliconada de la Cote. Bitch ¿no es cierto?
Yo no sé si dar crédito o no a lo que se rumorea. Como jamás me meto en ese tipo de cosas, no me da la moral para extender algún juicio. Pero la Cote siempre fue un poco extraña. Era prepotente y arribista, mucho antes de integrar el Departamento de Ventas. En realidad aún lo es… pero de que es dudoso tanto ascenso, lo es ¿o no?

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Yiyi
http://yiyilapeor.blogspot.com




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