05 de Abril
14:30. Bueno, después del carrete del día viernes hubieron varios soldados
caídos. Carla tiró una licencia por tres días, por que le dio una gastritis
realmente feroz. La llamé al departamento de su hermana y me ha dicho que a
pesar de sentirse pésimo no se arrepiente, porque la pasó de maravillas.
Cristina, contó que no se atrevió a pasar a
buscar a sus hijos después que en el taxi le chocara el aliento contra el
vidrio y quedara asombrada (y avergonzada) con el tufo que expelía. En ese
estado no podía pasar a buscarlos, así que los dejó en casa de su madre hasta
el mediodía del domingo. Cuando apareció, lo hizo con unos enormes lentes
oscuros y unos tapones en los oídos. Contó que su madre la regañó mucho, ya que
ella “pensaba que con los años había aprendido a beber”… ¡cuek!
Olguita, no contó mucho ya que vive con dos
de sus tres hijos (uno por cada marido que ha tenido) y ellos la incentivan a
vivir su vida como se le venga en la reverenda gana. Le dicen que se merece
pasarla bien, por los años que ha invertido en todos ellos... mmm… Esos sí que
son hijos del siglo XXI.
Berenice, dijo que llegó un poco
entusiasmada a su casa y que llamó a su Puto
Gigoló. Pero no lo encontró. Supuso que el muchacho estaba en algún evento,
así que ha tomado la firme decisión de buscarse un reemplazante para cuando el
primero falle.
16:45. Acabo de colgar el auricular. Era
papá. Dice estar preocupado por las ventas en la librería. Me ha soltado toda
la perorata de la falta de gente que desea intelectualizarse hoy en día. Que
con lo del sistema de la fama y la inmediatez, a todo mundo se le olvida que el
éxito real está en cultivar el espíritu y la mente. Mm… no me gusta llevarle la
contraria. Pero, aunque sé que su idea es la más acertada, no me molestaría
haber conseguido éxitos reales, con la mitad de lo cultivada que soy. Tengo una
Licenciatura en una de las más prestigiosas Universidades del país y por una
maldición en mi vida, jamás he podido ejercerla. Supongo que mis capacidades se
han ampliado con el tiempo, ya que de la historia, salté a la computación, y de
esta, a cursos varios desde que entré a trabajar en esta empresa. Hace seis
años. Al menos me ha dado más dinero del que me ha dado la profesión que
estudié. Aunque no satisfacciones reales. Mm… supongo que lo mío es algo así
como la vocación frustrada…
20:34. He estado pensando en lo de la
vocación frustrada. Desde niña en mi casa lo único que jamás faltó, fueron
libros que leer. Papá, ha tenido toda la vida la librería. La cual fue heredada
de mi abuelo, y este la heredó de su abuelo… algo así como mi tátara abuelo.
Podríamos decir que es una empresa de tradición familiar. En el colegio me iba
bien. Mis otros dos hermanos, se decidieron por el Derecho y la Pintura.
Supongo que, en el fondo, somos una familia bastante bohemia. Lo que más
lamenta papá fue, que ninguno de sus retoños varones tuviera un fuerte nexo con
la propia librería, la cual nos ha dado techo, comida y educación, generación
tras generación (suena cliché, pero
es la verdad). Siempre recuerda que el pequeño negocio ha pasado de padres a
hijos varones. Aunque él siempre me dice que yo soy la heredera natural. Me
alegra, porque adoro ese rincón de nuestras vidas. No me molesta ser la última
opción. En este lugar siempre me podía refugiar de mis horribles compañeros de
curso, que me molestaban y se reían de mis numerosos defectos. Aunque con
justificada razón. De niña usaba zapatos ortopédicos con unas dolorosas y enormes
plantillas de plástico. Al estar rozando la adolescencia, me sacaron las
ridículas plantillas aunque yo decidí quedarme con los zapatones. En plena
adolescencia a mi madre se le ha ocurrido que debían ponerme frenillos. Que
dicho sea de paso, me duraron poco. No los logré soportar. Mi papá decidió no
someterme a la tortura, la vez que me pilló en la bodega hurgando en su caja de
herramientas, en una desesperada búsqueda de unos alicates para sacarme los
hierrecillos de la boca, a como diese lugar… mm…
Luego vino otro problema. Esta vez fueron
mis ojos. Diagnóstico: una miopía galopante. Receta: lentes. Tenía 16 años… ¡Hum!
Ahora de adulta tengo mis dientes bastante
decentes (a pesar de no haber concluido con el tratamiento), uso lentes más
gruesos y evolucioné, de los zapatones ortopédicos a unos bototos de milicos
que me dan un toque agresivo y me añaden un par de centímetros…
23:56. ¡Horror! Se me ha cruzado por la
cabeza la horrible idea de que papá tenga que cerrar la librería por culpa de
gente que le tiene miedo a los libros ¿Qué haré? Pobre papá… me parece que
mañana le haré una visita en la librería, para saber qué tan mal andan las
cosas… no quiero tocar el tema acá en casa, para que mamá no se aflija. Tiene
la presión alta y dice que se asorocha
cuando le traemos problemas a su tranquila vida. Ahora me iré a preparar un
sándwich con tomate, salsa americana y una grosera cantidad de mostaza. Un
tazón de chocolate no me vendría mal… ñami, ñami… que rico estar en casa de mis
padres… lástima que ya vaya siendo hora de emprender el vuelo… cierto, mañana
buscaré un departamento en el diario y les comunicaré la decisión a mis padres…
Yiyi…
http://yiyilapeor.blogspot.com
Yiyi, me encanta tu blog, me lo recomendo una amiga y desde que comence con el capitulo uno no he podido parar de leer. Tienes un estilo unico, fresco y facil de seguir. Me encanta, muchas felicidades!
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